Designación del Sr. Osamu Masuda como Asesor Senior de la Asociación para la Promoción de América Latina y el Caribe.


El Sr. Osamu Masuda, ex-Presidente de Astomos Energy, fue recientemente designado como Asesor Senior de la Asociación Japonesa para la Promoción de América Latina y el Caribe.

El Sr. Masuda expresó su agradecimiento por tan importante distinción, indicando que hará su mejor esfuerzo para asesorar y cooperar con la Asociación, a fin de crear fuertes lazos entre Japón y la región de América Latina y el Caribe.

Reunión con el Embajador de Costa Rica, S.E. Alexander Salas Araya


En ocasión del establecimiento de la Asociación Japonesa para la Promoción de América Latina y el Caribe (AJAPALC), el Dr. Ritter Díaz, Director Representante de la asociación y ex embajador de Panamá en Japón, junto con la Señora Martha Zelayandia, ex embajadora de El Salvador en Japón y miembro honoraria de la asociación, realizaron una visita al Embajador de Costa Rica en Japón, S.E. Alexander Salas Araya, el día miércoles 20 de enero del año en curso, con el propósito de explicar los objetivos y actividades de la asociación y explorar formas de cooperación con las misiones de América Latina y el Caribe con miras a incrementar la visibilidad de la región en Japón. En la reunión también participó el Ministro Consejero y Cónsul General, Señor William Calvo.

A Enfocarse en los Vulnerables, No en el Número de Contagios


El 21 de mayo de este año publiqué un artículo en mi blog titulado “Reapertura: Del Aplanamiento de la Curva al Control del Covid-19”. Allí expresé que, aunque no soy experto en salud pública, soy un ciudadano preocupado por el bienestar general de mis congéneres, y quien aspira a una solución racional para la pandemia del Covid-19, sin tener que recurrir a confinamientos totales y prolongados de la población.

En las etapas tempranas del contagio en Panamá, en la segunda semana de marzo, se procedió a una cuarentena total siguiendo un comportamiento similar al de otros países, y como reacción natural frente un virus traicionero que tarda varios días en manifestarse.

En ese momento, ya se tenía conocimiento en todas partes que el Covid-19 es una enfermedad respiratoria viral que se suma a la ya conocida familia de los coronavirus. Entre sus antecedentes podemos mencionar el SARS-CoV-I detectado en Hong Kong en 2003, y su otro primo, el MERS- CoV detectado en Arabia Saudita en 2012. Al ser enfermedades respiratorias virales se transmiten fácilmente de persona a persona a través de gotitas de saliva cuando alguien estornuda o conversa muy cerca con otras personas, tal como ocurre con el resfriado común o la influenza.

Asimismo, las estadísticas mostraron que el virus toma mas tiempo en manifestarse que las otras enfermedades respiratorias, lo que hace mas fácil y rápida su tasa de transmisión entre las personas. Sin embargo, las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de gobiernos alrededor del mundo, indican que el 80 porciento de la población experimenta síntomas leves o son asintomáticos, alrededor de un 15 porciento son gravemente afectados quizás requiriendo asistencia respiratoria, mientras que un 5% entran en fase critica necesitando ventilación y con pocas probabilidades de sobrevivir.

Otro característica importante del Covid-19 es que ataca agresivamente a las personas con condiciones crónicas o cuadros de salud delicados, ya sean personas de la tercera edad o no tan mayores. Por ello, los adultos mayores que ya vienen con alguna afección producto de la edad o personas con padecimientos como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensos, cáncer, inmunodeficientes, entre otros, tienen una alta probabilidad de sucumbir ante el coronavirus. Estas son la personas que mayormente abarrotan las unidades de cuidados intensivos de los hospitales en todas partes del mundo, generando temor en las autoridades de salud al no contar con suficientes camas y equipos para atender la avalancha de gente vulnerable.

Al manifestarse la epidemia en Panamá, las autoridades de salud decretaron el estado de emergencia el 13 de marzo y posteriormente la cuarentena total, estableciendo un estado de confinamiento general, con miras a proteger la salud de la población y con la esperanza de contener el contagio a nivel general. Sin embargo, hoy 12 de julio, casi a cuatro meses de que se tomaran dichas medidas, el nivel de personas contagiadas se ha incrementado progresivamente desde finales de mayo, y disparándose aún mas en el mes de julio.

Esta situación esta obligando al gobierno nacional a una reevaluación de las medidas tomadas y replantear el curso de acción, partiendo de los hechos que ya conocemos. Al respecto, me permito hacer unas cuantas sugerencias de políticas que a mi juicio se podrían intentar para no solo contener la propagación del virus, sino también para iniciar la reapertura puntual y con fechas específicas de la economía nacional.

Primero, sugeriría colocar a todos los contagiados leves en hoteles, no en casas. El enviarlos a casa genera un mayor nivel de contagio ya que es difícil controlar el comportamiento de la persona en el seno familiar. Somos una cultura influida por el calor del trópico, lo que nos hace inquietos, y más aún si estamos padeciendo una enfermedad que sabemos nos afectará de forma leve. Además, el Covid-19 ha puesto de manifiesto el gran nivel de desigualdad socioeconómica que existe en el país, así como el pobre nivel de educación reflejado en el comportamiento de ciertos ciudadanos que no respetan las medidas de salud y mucho menos la cuarentena. Además, esta medida sería un estímulo a la economía de un sector tan golpeado como el hotelero.

Segundo, recomendaría hacer una campaña nacional en los medios de comunicación y redes sociales solicitando a las personas con enfermedades crónicas o con cuadros de salud delicados abstenerse de salir hasta que las medidas del gobierno alcancen un grado importante de control de la pandemia. La campaña debe concientizar a la población para que, en los puestos de trabajo, escuelas, estadios, gimnasios, cines, teatros y cualquier otro espacio social mantengan el uso de la mascarilla y la distancia prudente en frente de los vulnerables.

Tercero, recomendaría incorporar a las clínicas privadas al esfuerzo nacional para la atención de las personas contagiadas, en apoyo al sistema de salud nacional, además de contratar más personal de salud y de habilitar instalaciones médicas en centros de convenciones. Desde un principio, varios países levantaron hospitales en tiendas de campaña y otras instalaciones al ver la avalancha que se les venía encima. A esta altura del partido, ya todos los hospitales públicos en Panamá deben tener los equipos de protección para los trabajadores de la salud, de manera que puedan atender a los pacientes sin temor a ser infectados, ni poner en riesgo sus propias vidas por trabajar sin la indumentaria médica apropiada.

Cuarto, siendo el Covid-19 una enfermedad respiratoria, la campaña nacional en los medios debería incluir un mensaje puntual a la población para que busque atención médica temprana y de prevención al sentir el mínimo síntoma, sea un desgano, dolor de garganta, tos o fiebre leve, especialmente ahora que estamos en época lluviosa y comienzan a aparecer los resfriados comunes.

Quinto, sugeriría y enfocaría las pruebas de detección del Covid-19 (PCR) en las áreas de mayor contagio (Chorrera, Arraijan y San Miguelito, y a dondequiera que vayan surgiendo nuevos brotes, darles seguimiento a esos contagios, de manera que se vayan apagando los fuegos aquí y allá. Pienso que hasta este momento ya Panamá Centro, Este y Oeste deben estar mayormente contagiados (por aquellos que mandaron para sus casas y otros irresponsables que no cumplen las indicaciones de las autoridades de salud).

Sexto, seria recomendable realizar muestreos con pruebas de anticuerpos (Rapid Diagnostics Test-RDT aprobadas por la Agencia de Drogas de EU), aplicados en las capitales provinciales para ubicar y tener una idea de las personas asintomáticas y/o para detectar niveles de inmunidad entre la población. Estas pruebas deben tener arriba del noventa por ciento de especificidad y sensitividad para lograr la menor cantidad posible de falsos positivos y falsos negativos. Este tipo de pruebas serian un complemento a las pruebas PCR y contribuirían al monitoreo y seguimiento de la enfermedad.

Cuando se realice la reapertura de las actividades económicas, se le debe permitir a las empresas e instituciones realizar pruebas de anticuerpos (RDT) a su personal. Tengo entendido que ya el Canal de Panamá está en proceso de implementar estas pruebas a sus colaboradores.

Pienso que las sugerencias arriba citadas, permitirán al gobierno una reapertura de las actividades económicas en un tiempo perentorio, donde el enfoque ya no será contar cuantas personas se contagiaron hoy, sino cuanto ha sido la reducción de pacientes que han ingresado a la unidad de cuidados intensivos o a las salas de atención general de los hospitales, a parte de evitar más fallecimientos.

En suma, si el gobierno se enfoca en la protección de las personas vulnerables, ya no tendrá que preocuparse por el número de contagios diarios. Ya los ciudadanos saben a que atenerse. Y dependerá de cada uno cuidar a sus seres queridos con salud delicada, como yo he estado pendiente de algunos familiares que padecen de enfermedades crónicas.

Si el confinamiento no resultó en más de tres meses, seguir con esta política llevará al país a la quiebra económica con la consecuente vorágine de violencia e inestabilidad política que nadie desea.

Las autoridades y expertos de salud han hecho una labor encomiable en su esfuerzo de proteger la salud de la población, pero la realidad ahora obliga a velar por la salud socioeconómica de la nación, y para eso se requiere liderazgo. Como decía el analista norteamericano Zakaria Fareed, la guerra es un asunto demasiado delicado para dejárselo solo a los generales.

Necesitamos que el Presidente le imprima una nueva dinámica al combate de la pandemia, reabriendo las actividades económicas, sea por región o sectores, al mismo tiempo que coexistimos y combatimos el Covid-19.

Ya muchos países han reactivado sus economías y los brotes continúan surgiendo en diferentes sitios, como en Japón donde resido, pero ahora es la etapa de volver al trabajo, coexistiendo con el Covid-19 y priorizando la protección de los vulnerables.

 

Dr. Ritter Díaz
Consultor Independiente de Negocios y Gubernamental
Ex Embajador de Panamá en Japón

Línea 3 del Metro: Un Proyecto Emblemático para Panamá y Japón


Cuando me mudé a la ciudad de Panamá a mediados de los años 80 para continuar estudios universitarios, terminé residiendo en San Miguelito, en las afueras de las ciudad. En aquel entonces, trabajaba de día y tomaba clases nocturnas en la Universidad de Panamá. Así que tenía que despertarme alrededor de las 5:15 a.m. y tomar el bus a las 6:00 a.m. para luego trasladarme al trabajo para iniciar mis labores a las 8:00 a.m. Luego de terminar las clases, usualmente regresaba a casa a la medianoche. En total, me tomaba alrededor de cinco horas conmutar ida y vuelta desde mi casa al centro de la ciudad.

Hoy en día, los residentes de San Miguelito no tienen que pasar largas horas para trasladarse a sus sitios de trabajo gracias a la construcción y operación de la Line 1 del Metro de Panamá, S.A., la cual más tarde fue complementada con la construcción y operación de la Línea 2 que va hacia el lado este de la ciudad de Panamá. Ambos sistemas de transporte fueron construidos entre 2010 y 2018 y han estado operando regularmente.

Sin embargo, el proyecto de la Línea 3, diseñado para conectar el centro de la ciudad con Panamá Oeste se ha retrasado debido a la complejidad de la obra, y ahora, debido a la pandemia del coronavirus. A diferencia de las Líneas 1 y 2, la Línea 3 atravesará el Canal de Panamá y fue concebida como un proyecto de cooperación entre los gobiernos de Panamá y Japón.

Al respecto, en abril de 2016 durante una visita oficial del Presidente Varela a Tokio, Panamá y Japón negociaron un Memorándum de Cooperación para el financiamiento y construcción de la Línea 3 del Metro. Mediante este mecanismo, Japón acordó otorgar un préstamo en yenes a Panamá por la suma de US$2.6 billones, para se pagado en 20 años, con una período de gracias de 6 años y una tasa de interés medio ambiental muy conveniente, cercana a cero.

Este acuerdo también incluyó el uso de tecnología de monorriel japonesa en vista de su capacidad de subir pendientes arriba de los seis grados y moverse suavemente dentro de la ciudad o sobre topografías complejas. Los monorrieles japoneses son espaciosos y pueden acomodar un gran número de personas en un vagón (hasta 200 pasajeros por vagón). Son medioambientalmente amigables y no producen ruido como los trenes regulares. Además, se espera que el monorriel reduzca las emisiones de CO2, ya que muchos residentes de Panamá Oeste preferirán dejar sus autos en casa y trasladarse al centro de la ciudad en aproximadamente 45 minutos, evitando una congestión de tráfico de dos horas.

De hecho, el Memorándum de Cooperación para el financiamiento y construcción de la Línea 3 es un esquema único, diseñado y adoptado por el gobierno japonés para servir de modelo en futuros proyectos de infraestructura de transporte en la región de América Latina y el Caribe. Sin embargo, la implementación de este proyecto ha tomado mucho tiempo debido a demoras en la implementación de otro importante proyecto: el Cuarto Puente sobre el Canal de Panamá.

Como mencioné arriba. la complejidad para llevar a cabo la Línea 3 radica en el hecho que debe atravesar el Canal de Panamá. De hecho, el Memorándum de Cooperación, en cuya preparación estuve involucrado desde principio a fin, tenía previsto el paso del monorriel sobre el Cuarto Puente, y para ese fin, Japón también ofreció apoyo financiero para desarrollar la interfaz entre la Línea 3 y el Puente.

La adjudicación del Cuarto Puente se llevó a cabo en julio de 2018, es decir, después de dos años de la negociación del Memorándum de Cooperación entre Japón y Panamá. Además, la fase de construcción del Cuarto Puente estaba prevista para comenzar alrededor de mayo de 2019, sin embargo, después del cambio de gobierno en julio de 2019, la nueva administración del Presidente Laurentino Cortizo decidió modificar el proyecto de la Línea 3, haciendo que el monorriel cruce el Canal de Panamá a través de un túnel en lugar de pasar por el Cuarto Puente.

La administración Cortizo explicó que la construcción del Cuarto Puente representaba un riesgo para la construcción y terminación de la Línea 3, ya que ambos proyectos serán realizados por dos consorcios diferentes. El Cuarto Puente fue adjudicado a un consorcio chino en julio de 2018 mientras que la Línea 3 fue adjudicada a un consorcio de Corea del Sur en febrero de este año. Por ello, el gobierno de Panamá consideró que era mejor separar los proyectos para asegurar la responsabilidad de cada consorcio en la terminación de los proyectos dentro del tiempo estipulado en los contratos respectivos.

Sin lugar a duda, para la administración Cortizo, las demoras en la ejecución del Cuarto Puente y la experiencia de retrasos en la construcción del Puente Atlántico sobre el Canal de Panamá en el lado Atlántico, los llevó a concluir que futuros e inevitables retrasos en la construcción del Cuarto Puente podría causar demoras en la construcción de la Línea 3, con consecuencias contractuales y económicas.

Ciertamente, este cambio ha significado otra demora para el proyecto de Línea 3 y llevó al gobierno panameño a realizar consultas con el gobierno japonés con miras a obtener su aprobación a la modificación propuesta, y según entiendo, el gobierno de Japón ha entendido la posición de Panamá y ha accedido a la modificación en referencia.

Indudablemente, la construcción de un túnel generará costos adicionales que no están incluidos en el presupuesto del Metro de Panamá, S.A., el cual está encargado de la ejecución del proyecto de Línea 3. Por ello, el Metro de Panamá tendrá que explorar varias opciones de financiamiento para el túnel, tales como: 1) solicitar el financiamiento al consorcio surcoreano que fue seleccionado por el proyecto; 2) aproximarse al gobierno de Corea del Sur y ver la posibilidad de negociar un préstamo de cooperación dado que el consorcio que realizará la construcción es surcoreano; 3) solicitar financiamiento en los mercados internacionales o; 4) solicitar un préstamo de cooperación adicional al gobierno de Japón, aunque creo esta opción es menos viable debido a la elevada cantidad de dinero que Japón ya ha comprometido en este proyecto.

La opción del túnel también llevará a la Autoridad del Canal de Panamá a acelerar los trabajos de dragado en el suelo submarino del Canal sobre el área donde el túnel será construido. Los

trabajos de dragado se deben realizar antes de la construcción del túnel y son necesarios para la navegación de los buques Neo-Panamá, los cuales cada vez son construidos con mayores dimensiones, y, por lo tanto, necesitan un mayor calado.

Debo señalar que el gobierno de Japón estaba interesado no sólo en financiar y construir la Línea 3, sino también en financiar y construir el Cuarto Puente sobre el Canal de Panamá. Esto se había acordado en principio en marzo de 2014 mediante un Comunicado Conjunto emitido por los entonces Ministros de Relaciones Exteriores de Japón y Panamá, Sr. Fumio Kishida y Sr. Francisco Álvarez de Soto, respectivamente. Sin embargo, estos proyectos fueron separados durante el gobierno del Presidente Varela, quien decidió que la Línea 3 se desarrollaría mediante un préstamo de cooperación de Japón mientras que el Cuarto Puente se realizaría a través de un proceso de licitación internacional.

La razón para separar los proyectos radica en que Japón estaba ofreciendo construir un puente de acero, el cual representaba una opción mas costosa, y además, este tipo de puente presenta un reto operacional para el Canal de Panamá, ya que en algún momento de la construcción se tendría que detener el tránsito de naves por el Canal por más de 24 horas para instalar una parte de la estructura. Desde el punto de vista técnico y operativo, es bien conocido que la Autoridad del Canal tiene preferencia por los puentes atirantados, ya que son mucho más fáciles de instalar sin interrumpir la operación del Canal. Y ya se han construido dos puentes de este tipo sobre el Canal de Panamá, el Puente Centenario y el Puente Atlántico.

Después de la firma del Memorándum de Cooperación entre Panamá y Japón en 2016, el proyecto de la Línea 3 estaba programado para iniciar operaciones alrededor de 2022. Pero debido a las demoras del Cuarto Puente, la modificación del proyecto y la pandemia del corona virus, es probable que veamos el comienzo de la construcción de la Línea 3 en el verano del 2021 y su terminación en el 2025.

Como señalé antes, la Línea 3 es un modelo de cooperación único diseñado por el gobierno japonés para mostrar la tecnología japonesa de alta calidad en el transporte público en la región de América Latina y el Caribe. Este esquema introdujo un arreglo financiero muy conveniente, el cual ha tomado en consideración el impacto positivo que este proyecto tendrá en el medioambiente, reduciendo el ruido y las emisiones de CO2. Igualmente, está diseñado para demostrar la durabilidad y seguridad de la tecnología de transporte público de Japón comparado con la de otros países con tecnología parecida.

En vista que este es un mecanismo de cooperación de gobierno a gobierno, permite reducir en un cien porciento las posibilidades de corrupción, la cual ha afectado frecuentemente los grandes proyectos de infraestructura en el pasado reciente. Además, como es un proyecto de cooperación de gran escala, Japón ha tenido que someterlo a la evaluación de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD en inglés), con miras a cumplir con los lineamientos de cooperación de este organismo internacional.

En suma, la terminación exitosa del proyecto de la Línea 3 es de alta importancia para Panamá y nuestra región, ya que este proyecto impulsará mayor cooperación japonesa en grandes proyectos de infraestructura. Japón esta dispuesto a introducir su tecnología de alta calidad en América Latina de la misma forma que lo ha hecho en muchos países asiáticos.

Solo espero que a partir de 2025, los residentes de Panamá Oeste puedan disfrutar de una mejor calidad de vida gracias a la cooperación japonesa.

 

Dr. Ritter Díaz
Consultor Internacional
Tokio, 23 de octubre de 2020