Cuba y Japón se unieron para celebrar el 95º aniversario de sus relaciones diplomáticas con el encantador concierto «Japón Canta a Cuba», realizado en el Centro Cultural Min-On en Tokio. Por invitación de la Embajada de Cuba, el Dr. Ritter Díaz, representante de JAPOLAC, participó en este alegre evento que destacó la duradera amistad entre ambas naciones.
La embajadora cubana, Gisela García, expresó cálidamente los lazos históricos de amistad que unen a Cuba y Japón. Elogió la valiosa cooperación al desarrollo proporcionada por Japón en áreas de profundo impacto social, subrayando la fortaleza y profundidad de la relación bilateral.
Yasushi Noguchi, director general del Buró de América Latina y el Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, reafirmó el compromiso de Japón de fomentar vínculos más estrechos con Cuba. Destacó la importancia de la colaboración continua mientras ambas naciones miran hacia el centenario de sus relaciones diplomáticas. Noguchi también resaltó la reciente ayuda humanitaria enviada por Japón a Cuba tras el paso del huracán Rafael, un gesto conmovedor que refleja la solidaridad y el apoyo mutuo entre los dos países.
Koji Yamaguchi, presidente de Min-On Concert, habló elocuentemente sobre los ricos intercambios culturales que han definido las relaciones Japón-Cuba a lo largo de los años. Rindió homenaje al legado visionario de Daisaku Ikeda, fundador de Min-On, cuyos esfuerzos han promovido la música como un puente universal de entendimiento y armonía entre los pueblos.
Cabe senalar que la fecha formal que marca el establecimiento de las relaciones diplomáticas es el 21 de diciembre, mientras que los lazos entre ambas naciones se remontan a más de 410 años, con la histórica visita del samurái Hasekura Tsunenaga a suelo cubano durante su viaje a Roma. Hoy en día, estas relaciones florecen, basadas en la amistad, la cooperación y el respeto mutuo.
El concierto, con excepcionales presentaciones de artistas japoneses como Ken Morimura, Noriko Kishi, Luis Valle, Mika Takenaga, entre otros, mostró de manera magistral la música tradicional cubana. Esta vibrante celebración marcó el inicio de una serie de eventos conmemorativos, ejemplificando la alegría y unidad que definen la relación Japón-Cuba.